No puedo dejar de pensar en el estreno. De cómo decir o no decir, de que he hecho practicas en SOS. De cómo jugar con la mochila que llevo a la espalda… En que medida tengo que contarles las experiencias que lleva esta mochila.
Y tengo miedo, tengo miedo que la obra de teatro no se pueda realizar. Y tengo contradicciones entre decir y no decir, del porque tengo que decir, si lo único importante es que sea una buena educadora, ¿no?
La noche llega cada día, entras a la cama e invades en tu mente. Unos conversan con el cuerpo del lado, se tocan, se enredan y hacen el amor o follan mientras se quedan dormidos. Otros valoran como ha ido el día, piensan en las conversaciones más relevantes del día. Sueñas con el mañana, futuros sueños de futuro o piensas con lo que te amarga, te duele o te hace miedo de tu camino. Y yo hace unos días que me duermo pensando en la obra de teatro. Supongo que las horas pasan, y cada día quedan menos días para el estreno. Me invaden las cosquillas por dentro, cosquillas que no paran de subir y bajar en mi interior. Cosquillas que se hacen largas, eternas y sueño en que desaparezcan.
El estreno ha ido mejor de lo que pensaba y todos hemos hecho un buen papel. La obra va de una cárcel vacía, una cárcel sin derechos, una cárcel donde el objetivo es ir pasando las horas, los días y los meses. La locura llega cuando la vida se te escapa de las manos y el vacío interior cada vez es más grande, los nervios explotan, el descontrol transcurre por las venas, la angustia se clava en el pecho, te sientes solo/a e impotente y el miedo se convierte en terror. La locura en el platón te lleva a no pensar, a no razonar, a la inconciencia… y cometes imprudencias que nunca hubieras pensado que podrías hacer.
Imaginaros la puesta en escena, un escenario oscuro, sin luz, triste, lleno de puertas cerradas, seguratas de porras y manillas...
Y poco a poco el entorno que vives te convierte en un monstruo, en un desviado, en un loco, en un trastornado de la sociedad… y te desquicias.
¿Te conviertes o te convierten?
¿Te hacen o te haces?
2 comentaris:
Está bien prepararse un poco el guión pero a mí, personalmente, también me gustan mucho las improvisaciones, así que simplemente ACTUA; actua con los ojos bien abiertos para no perderte ningún detalle de la obra.
Unabraçada*
Laia.
Te hacen y te haces. Aquí todos interactuamos. A veces comprendemos lo miserable de nuestra actuación cuando vemos a quienes padecen las consecuencias de nuestros "razonables" discursos. Eso nos hace, a unos reaccionar y tratar de denunciarlo; a otros, corromper los valores que creían tener asumidos y apoyar ese machaque. Vivimos, por suerte, en sociedad y se trata de ir cambiando, progresivamente, a medida que te ayudan a comprender qué carajo hacemos aquí.
Patriarca
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